En el fondo de las rocas
apareció una dama vestida
de ángel con ojos profundos.
Caminando a orillas de la
mar ella vió a una mujer
enamorada, desolada
abandonada en su propio
recuerdo.
Conmovida de su tristeza
iluminó su noche desolada.
Apareció en el fondo de
su camino un jovencito
con una flor en su mano
acariciando su rostro
cansado angustiado de
miserías olvidadas.
La luna con luz potente
iluminó su ojos para
que ella volviera a recordar
los dias de alegrias, de
soles y cantos mágicos.
La dama al contemplar
que ella volvia a sonreir
le regaló su luz, dando
a su boca pinceladas
de color rojo pasión,
bordando en sus labios
sensualidad infinita.
Caminando en la rivera
estaba la mujer cansada
angustiada, enamorada.
Enamorada de la vida
pensaba en los demás,
no tenía tiempo para
ella, sentia que al
universo le faltaba
dulzura, estaba agotada
se sentía morir.
Quería que la luna la
mirará le hablará
pero ella solo se limitaba
a iluminar su noche amarga.
Parecia que tenia cara
parecia que tenia ojos
parecia que tenia voz.
sólo ella la escuchaba
sólo ella la sentia
los demás la veían igual.
Los sollozos de la mujer
a la luna conmovieron
y con voz dulce le dijo:
No pienses que no te veo
No pienses que no te siento
No pienses que no te escucho
sino no estaria con mi luz
iluminando tu cuerpo triste.
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