lunes, 5 de abril de 2010

Otoño

Nació el Otoño enredado en hojas de oro,
emprendió su viaje en busca de su mujer
llamada Abril, hermosa musa de su inspiración.

La buscó con música de cien soles escondidos
en pasados delirios de cielo.

Lejos de su nido, encontró rostros afligidos
quebrantados en sus líos.

Entre parques desolados encontró musitadas
risas de lirios.

Sus pasos estremecian a la tierra,acariciaban
sus muslos con rasguños de ramas mágicas.

Sus zapatos finos, decoraban rumbos sabios,
con nombre señor a roble en tierra firme.

En un rincón encontró a su amor, tirando
lágrimas al viento, por fin la pudo ver, tocar
con sus manos de ángel, comprendió que
bajo su mirada, el tocaba almas de luciernagas
apagadas, encendidas en sus hojas.

El viento emocionado acaricio sus rastros
soplando fuerte mecio sus alas, para que
volará bajo su cuerpo.

El otoño se quedó en silencio contemplandola
en sus vuelos de rica amápola al viento.

La quiso amar asi en libertad, volando,soltando,
embriagando, bebiendo en su centro sereno
rociador de sueños.




































































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